Serguéi Diáguilev, fue un empresario ruso nacido en marzo de 1872, en una familia de altos recursos económicos. Estudió Derecho en Saint Petersburg State University (1890-1896) pero dedicó gran parte de su vida a los negocios relacionados con el arte y la música.
Fundó la compañía de ballet: Ballets Rusos, empresa en la que se destacaron glorias de la danza como Anna Pávlova y Vaslav Nijinsky. Esta compañía también agrupó a otros famosos como George Balanchine, Tamara Karsávina, Olga Jojlova, Bronislava Nijinska y Vaslav Nijinsky .
Serge, como también lo llamaban, trabajó con Léon Bakst, quién fue su director artístico, ambos crearon un nuevo estilo en el ballet, en el que desarrollaron formas distintas y atrevidas e hicieron que este arte llegara a las clases populares y no sólo fuera privilegio de la aristocracia.
La compañía Ballets Rusos fueron inspiración para artistas de las artes visuales. El Fauvismo y el Art Deco, tomaron algunos conceptos estéticos de Ballets Rusos y lo incorporaron a sus obras, especialmente lo relativo al color y al diseño de interiores.
Diáguilev tuvo un talento especial, no solo para hacer creaciones, sino para rodearse de los mejores. Su coreógrafo más creativo fue Michel Fokine quien hizo realizaciones extraordinarias donde involucraba distintas artes como la pintura, el teatro y por supuesto, la danza.
Asimismo, fue acertado en la escogencia de Igor Stravinsky como uno de sus colaboradores musicales. Este músico, de nacionalidad rusa también, le imprimió el sello de vanguardia al ballet que hasta entonces había sido clásico, tradicional y elitesco.
Obras y espectáculos.
Algunas de las obras que Serge encargó a Stravinsky fueron: El pájaro de fuego, Petrushka , La consagración de la primavera, Pulcinella, y Les Noces, siendo La Consagración de la Primavera una de las mejores, presentada por primera vez en Los campos Elíseos en 1913.
Esta obra es memorable porque representó un cambio abrupto en el arte de la danza y la música para la época, ritmos disonantes y mezclas instrumentales, así como una puesta en escena con decorados exóticos.
La consagración de la primavera, es una representación de la fecundidad de la madre tierra y de la sintonía del hombre con la naturaleza. La coreografía estuvo a cargo de otro grande: Nikolái Roerich, quien le imprimió a la obra movimientos salvajemente desafiantes para la época.
Serge Diáguilev, terminó sus días en 1929, en Venecia, Italia, en el Grand Hotel des Bains de Mer del Lido de Venecia.