Santiago Calatrava es un arquitecto, escultor e ingeniero español de gran fama en todos los centros urbanos del mundo e imán de muchas controversias. Descubramos juntos la historia de Santiago Calatrava y sus obras.
Santiago Calatrava: Polémico neofuturismo
Cuando se observa por primera vez alguna obra diseñada por Santiago Calatrava, el primer pensamiento que se nos viene a la cabeza es que tal vez una nave espacial acaba de aterrizar en el planeta o alguna mágica distorsión del espacio-tiempo ha dejado los edificios completamente desarreglados.
Torres retorcidas sobre sí mismas, gigantescos pétalos de metal que se abren de forma mecánica, viseras dentadas que parecen un cruce entre un ala y una espina seca de pez. El universo de una época desconocida parece haberse abierto paso entre las principales urbes del mundo.
Se trata del llamativo estilo Calatrava, amado y odiado a partes iguales. Pues cada estructura mastodóntica de este arquitecto puede construirle una identidad nueva a la ciudad que se decide a albergarlas, puede convertirse en un elemento fotogénico de innumerables recursos visuales y perdurar en el tiempo como una maravilla contemporánea.
Pero al mismo tiempo, puede traer gastos interminables de construcción, pues el presupuesto de las obras del español suele ampliarse indefinidamente a medida que se levanta el edificio. Y los problemas estructurales suelen presentarse en la cotidianidad una vez inaugurado.
Las obras de Calatrava han atraído continuas críticas por la tensión sin resolver entre su extrema estética neofuturista y la simple y llana funcionalidad que debían también proporcionar a sus usuarios.
Las quejas sobre la falta de techado de un aeropuerto en una ciudad lluviosa, la naturaleza resbaladiza o frágil de las losas elegidas para ciertas rutas, los problemas de movilidad mecánica de sus viseras o la falta de accesibilidad para discapacitados, hacen pensar que el arquitecto se preocupa más por la insólita forma del conjunto antes que de las necesidades del contexto en que se encuentra.
Audacia constructiva en múltiples formas
Más allá de toda controversia, es innegable el atrevimiento y la creatividad de las formas elegidas por Santiago Calatrava. Varias de sus obras han constituido verdaderos fenómenos culturales en los lugares donde se han levantado, siendo objeto continuo de fotografías profesionales o amateur y de films que utilizan sus espacios como baratas representaciones de ciencia ficción. Quizá puedan entenderse mejor sus obras como esculturas con algunas facilidades de alojamiento ocasional antes que como edificios realizados con el uso constante en mente.
Esta doble ocupación puede darnos la clave para entender a Calatrava: se trata de un arquitecto que es el mismo tiempo un artista plástico, tanto escultor como pintor. Entonces todas las preocupaciones propias de un modelador escultórico o pictórico de la anatomía humana son trasladadas al concepto arquitectónico, con variable fortuna. De hecho, el primer acercamiento al arte que tuvo Calatrava fue en su natal Valencia, en clases de dibujo y pintura a los ocho años, interés que mantendría en sus estudios plásticos en París.
Calatrava relataría de manera poética su acercamiento a la arquitectura. En la Catedral de Notre Dame pudo ver como la luz se filtraba a través de los rosetones en vitral y de repente tuvo consciencia de que alguien había diseñado para provocar ese momento precioso día tras día.
La idea asombrosa de poder administrar estéticamente la luz controlando los espacios lo llevaron a matricularse en la carrera de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Valencia, donde se graduó en 1974. Completaría su educación en Zurich en el apartado de ingeniería civil del Instituto Federal de Tecnología.
Tras una etapa de pedagogía universitaria, Calatrava comenzó a recibir sus primeros encargos en la década de los 80, en su mayoría puentes de España como el puente de Bac de Roda en Barcelona o el puente del Alamillo de Sevilla, con una forma que luego imitaría con profusión.
Pero es desde los 90 en adelante cuando se desata el Calatrava neofuturista que conocemos, con la Torre de comunicaciones de Montjuic (para los Juegos Olímpicos de 1992) una aguja blanca y retorcida de 136 metros, o con el Auditorio de Tenerife (2003), una suerte de ave clara con alargado pico que recuerda a la ópera de Sydney y funciona como sede de la Orquesta Sinfónica.
Si tienes un interés especial por las arriesgadas formas de la arquitectura moderna, tal vez te resulte satisfactorio leer este otro artículo de nuestra web dedicado al legendario Oscar Niemeyer, arquitecto de Brasilia. ¡Sigue el link!
Un monumento surrealista en Malmö
En mitad de la ciudad sueca de Malmö se encuentra un edificio que a primera vista resulta inverosímil, el Turning Torso (2005). Se trata de un rascacielos con ventanas cuadradas retorcido sobre sí mismo hasta prácticamente formar un amplio resorte, como un objeto volteado por las manos caprichosas de un gigante. Encargado a Calatrava por las autoridades de la urbe en busca de una nueva identidad para el sitio, se trata del edificio más alto de toda la región de Escandinavia y el único rascacielos con esta peculiarísima forma.
Quizá por tener como referente una escultura previa del arquitecto, se trata de una de sus obras mejor logradas y que han obtenido mayor favor del público, recibiendo además varios premios como conjunto residencial moderno.
Pero por cada Turning Torso estalla otra polémica. El Puente de la Constitución, un arco metálico sobre el canal de Venecia, fue un desastre de construcción que se alargó en el tiempo, costó bastante más de lo acordado, ha tenido funcionalidad limitada y fue inaugurado sin ceremonia.
Y el Intercambiador de Transportes del World Trade Center ha sido criticado por su incongruencia con el entorno y modificado continuamente por criterios de seguridad no contemplados.
Aún así, Calatrava ha sido galardonado en múltiples ocasiones, con el premio Príncipe de Asturias de las Artes (1999), la Medalla al Mérito de las Bellas Artes (2002) o el Lifetime Achievement Award (2016) de LEAF International. En el siguiente vídeo puede verse a Santiago Calatrava explicando su obra, seguro de sí mismo y confiado en poder trabajar hasta el día de su muerte. Hasta aquí este breve artículo sobre su trayectoria. Hasta pronto.