Nacido Félix Rubén García Sarmiento, aunque conocido popularmente como Rubén Darío, fue un poeta de origen nicaragüense que se hizo famoso debido a que fue la fuerza principal en generar el movimiento literario conocido como modernismo. Este mismo movimiento terminaría floreciendo a finales del siglo XIX y lo tendría entre una de las figuras más influyentes de la literatura española del siglo XX, al punto de ser llamado “El príncipe de las letras castellanas”, y llamado a menudo como el padre definitivo del modernismo en cuanto al literatura se refiere.
Primeros años
Rubén Darío nació el 18 de enero de 1867 en la Ciudad de Darío (en aquel momento llamada Metapa), en Matagalpa, Nicaragua. Sus padres fueron Manuel García y Rosa Sarmiento, quienes se casaron en León, Nicaragua en 1866. No obstante, después de peleas entre la pareja que concernían el consumo en exceso de alcohol por parte de Manuel, Rosa terminaría abandonando la casa en donde vivía hasta llegar a Metapa estando embarazada, en donde daría a luz a Darío.
No obstante, poco después de que se reconciliaran y dieran a luz a una niña que moriría a los pocos días, el matrimonio se volvió a separar, lo que dejaría al pequeño Darío solo con su madre en la casa de su tía. Poco después Rosa, conocería a otro hombre y se movería con él a Choluteca, Honduras.
Fue en la pequeña ciudad de su infancia que empezó a ser llamado como Darío a modo de sobrenombre de acuerdo a una tradición familiar.
Teniendo a su madre en otro país, se crío con sus tíos Félix y Bernarda, en la ciudad de León. Darío creció considerando a sus dos tíos como sus verdaderos padres, debido a la distancia de su madre y su padre, al cual llamaba “tío Manuel”.
Poco se sabe se sabe de la infancia de Darío, pero se sabe que después de la muerte de su tío Félix en 1871, la familia pasó por distintos momentos difíciles económicamente, al punto de contemplar la opción de enviar a Darío a ser aprendiz de sastre. Entre 1879 y 1880 iría a distintas escuelas, pero terminaría siendo educado en una escuela jesuita.
Según el mismo Darío, él aprendió a leer a la edad de 3 años, y empezó a escribir versos desde pequeño. Hasta el día de hoy se conserva un soneto de su puño y letra que data de 1879. A la edad de 13 años, en 1879, publicaría por primera vez en un periódico. También llegó a colaborar en la revista El Ensayo, teniendo mucha atención debido a ser un “niño poeta”.
Cuando tenía 14 años, Darío conoció a una niña de 11 años llamada Rosario, con la cual se quiso casar, siendo esto algo no tabú para la época. Por petición de sus amigos, Darío terminaría yendo a El Salvador en 1882 para retrasar cualquier plan de matrimonio
Antes de irse había hecho ciertas conexiones con el gobierno debido a su talento, el cual buscaban cultivar para que seguiría escribiendo en la nación. Por ello no es de sorprender que cuando llega a El Salvador conoce al presidente Rafael Zaldivar a través de un amigo poeta. Allí asistiría a distintas celebraciones y conocería a distintos poetas de renombre antes de caer enfermo, enfrentar dificultades financieras y volver a Nicaragua, en donde seguiría escribiendo y buscando crecer su talento.
En 1886 opta por irse a Chile, en donde seguiría escribiendo, conociendo a distintos escritores importantes en la región, a pesar de recibir un trato terrible por parte de la aristocracia chilena por su color de piel. En 1888 publica su primer trabajo importante y el primer impulso para el movimiento modernista con Azul, una compilación de poemas que le permitió ganar cierta fama.
El escritor y su muerte
Durante las siguientes décadas, Darío seguiría creciendo como poeta, ganándose un lugar importante dentro de Nicaragua y llamando la atención de muchos en Latinoamérica. No obstante, empezó a desarrollar distintos problemas de salud relacionados con su alcoholismo.
Pasando la mayor parte de su vida en momentos difíciles a nivel financiero, siempre supo moverse a otros lugares, llegando a viajar a distintos lugares de Latinoamérica para tener trabajos en distintos periódicos.
Llegó a estar en el golpe de estado de El Salvador a manos de Carlos Ezeta en 1890, haciendo que se separara de su esposa después de estar casados por un día. Se casaría nuevamente en 1893 con Rosario Murillo.
Durante las próximas décadas estaría creciendo como poeta, visitando Europa y siguiendo con su poesía, algunas en forma de protestas hacia Estados Unidos y otras en contra del catolicismo. Pero, su alcoholismo terminaría haciéndole mucho daño, lo cual lo llevó a morir a la edad de 49 años el 6 de febrero de 1916 en la ciudad Nicaragüense de León.