Policarpa Salavarrieta

María Policarpa Salavarrieta Ríos, más conocida como La Pola, fue una espía colombiana, y es considerada como una de las heroínas de la independencia de dicho país. Actualmente continúa siendo bastante admirada y condecorada.

Nacimiento e infancia

Nació el 26 de enero de 1795, en Guaduas, en Cundinamarca, en el virreinato de Cundinamarca, actualmente Colombia. Fue hija de Joaquín Salavarrieta y Mariana Ríos. No se sabe mucho sobre la infancia de Policarpa, incluso se duda sobre la fecha de su nacimiento, hasta de los datos de sus familiares. Al menos se sabe que tuvo 8 hermanos, y también se conoce que sus progenitores se dedicaban a la agricultura y comercio, siendo una de las más importantes familias de Guaduas.

Cuando apenas tenía 2 años, en 1797, se trasladó junto a su familia hacia Bogotá, ciudad que estaba pasando por una grave epidemia de viruela. Lamentablemente, los padres y algunos de sus hermanos fallecieron. Tras esta desgracia, los demás de sus hermanos empezaron a hacer su vida cada uno por su lado. En el año 1804, Policarpa se regresa a Guaduas junto a sus hermanos Viviano y Catalina.

La pola se cría en Guaduas. En este período, una de sus hermanas mayores, Catalina, contrae matrimonio. Sin embargo, ella asume el cuidado de sus dos hermanos menores.  El tiempo pasa, y Policarpa empieza a trabajar como costurera para apoyar la economía familiar. Además, empezaba a desarrollar poco a poco un interés particular hacia la política, algunos argumentando que tenía pensamientos muy patriotas. Este ideal probablemente haya nacido por influencia de su cuñado Domingo García, que también poseía ideales independentistas.

El enlace de su amor ante Alejo y la patria

En 1809, Policarpa conoció a un joven llamado Alejo Sabaraín, e inmediatamente se enamoraron. Un año después, empezaron a realizar los preparativos para su boda, pero para esa época, diferentes movimientos revolucionarios e independentistas sacudían al país, y por ende sus planes fueron cancelados. Policarpa y su amado Alejo fueron parte del motín del 20 de Julio, llamado El Florero De Llorente.

En el año 1812, Sabaraín partió junto con las tropas libertadoras, quien empezó a ser popular en las tropas por su gran valía. Esto enorgulleció mucho a Salavarrieta, quien ansiaba tener noticias de él muy pronto. Un año después, se reencontraron en Santa Fe de Bogotá, pero su enamorado se encontraba gravemente enfermo. Es en ese momento donde conoce a los hermanos Almeida, conocidos guerrilleros que le ayudaron durante la enfermedad de Alejo. Tras la mejoría de su amado, la pola regresa hacia Guaduas, pero el pueblo había sido tomado por tropas españolas.

A escondidas, Policarpa continuaba colaborando con las tropas independentistas. Los años pasaban, y Policarpa no conseguía noticias de Alejo. En 1816, le llega una carta del mismo, diciendo que se encontraba bien, pero estaba preso en Santa Fe de Bogotá.

Posteriormente, un guardia enviado de los hermanos Almeida irrumpe en el hogar de Policarpa, y le ofrece la oportunidad de laborar con la causa patriota como espía en la localidad de Santa Fe, cosa que La pola acepta sin dudar. Inmediatamente parte hacia la ciudad, junto a su hermano.

Una excelente espía

Llegan con identidades falsas a la ciudad, y Policarpa empieza a laborar como cuidadora de niños y costurera. Este nuevo empleo le hizo crear una conexión ante las esposas de los españoles realistas. Estas mujeres brindaban información indirectamente mientras hablaban entre sí, y Policarpa simplemente escuchaba. Gracias a esto, La Pola logró enterarse de muchos movimientos por parte de las tropas del ejército español, los cuales escribía y mandaba a las tropas independentistas a través de naranjas huecas. Poco tiempo después su amado es liberado, el cual ingresa a la guerrilla poco tiempo después.

Policarpa continuó trabajando como costurera y espía, hasta que nuevamente Sabaraín es detenido de nuevo en batalla. Finalmente, ella decide ocultarse con otros personajes patriotas, entre estos su hermano Viviano, que le imploraba devolverse hacia Guaduas. Ella negaba rotundamente, ya que estaba decidida a pelear por la patria.

Un sargento realista, apellidado Iglesias, le fue mandado la orden de vigilar a Policarpa, ya que su nombre estaba en una lista de posible espionaje. Finalmente, la logra detener y llevar hacia el colegio mayor de Nuestra Señora del Rosario. Fue acusada de traición, de brindar recursos al bando traidor, y por tratar de cambiar de bando a algunas tropas realistas.

En 14 de noviembre Policarpa desfilo hacia la Plaza Los Mártires, a ella y a los demás detenidos les brindan la pena de muerte, terminando siendo fusilada, con apenas 22 años de edad. El cuerpo de la pola termina siendo enterrado en la Iglesia de San Agustín.

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