Pascual Orozco, hombre de revolución, militar e idealista, vio la luz en 1882, San Isidro, Chihuahua, México, famoso por su alzamiento ante la dictadura de Porfirio Diaz. Pascual Orozco se adoso al movimiento antirreeleccionista, comprometido a apoyarlos en contra del Porfiriato, a través de la compra de armas para la causa.
Orozco también colabora para la emisión del diario llamado Grito del pueblo de Chihuahua, de corte revolucionario; luego, con el inicio de la Revolución Mexicana, Orozco participo en numerosos enfrentamientos: la de Pedernales, Mal Paso, San Isidro y Cerro Pietro.
Con la toma de Ciudad de Juárez, junto a Pancho Villa, se puntualizó la caída del gobierno de Diaz, triunfo de la revolución y ascenso a la presidencia de Madero. Luego de estas batallas se le encomendó a Pascual Orozco la comandancia de las Fuerzas Rurales del Estado de Chihuahua.
Giros inesperados para un revolucionario
Luego de diferencias, ataques, es señalado y perseguido por sus propios compañeros como Pancho Villa y Emiliano Zapata, y ante la débil actuación de Madero para realizar la reforma agraria, Pascual Orozco hace un giro inesperado en su vida.
Presenta la dimisión a su puesto de comandante y ataca fuertemente al régimen de Madero, teniendo un señalamiento por no realizar el plan de San Luis. Ante esta acción militar, Madero reaccionó y neutralizo dicha actuación contra su gobierno.
Uniéndose al general Victoriano Huerta, simpatizante de Porfirio Diaz, que había vencido Pascual Orozco, avanzaron contra Madero; Huerta consigue derrotar a Madero, iniciando uno de los gobiernos dictatoriales más duros vistos en México.
Habiendo alcanzado Huerta la meta, Pascual Orozco admite su triunfo en la lucha, siendo ascendido a General de División en 1914, donde se enfrenta con sus anteriores compañeros de armas como Pancho Villa y Emiliano Zapata.
Ocaso de un luchador
Luego de años de guerra y derramamiento de sangre, los llamados constitucionalistas, que eran Venustiano Carranza, Pancho Villa y Emiliano Zapata, dominaron a Orozco, obligándolo a que se fuera desterrado y tuviera que emprender una nueva vida en los Estados Unidos.
Pascual Orozco, hombre recio, cuya existencia giró entre la guerra y las armas, ha pasado a la historia como un militar que defendió cada uno de sus pensamientos políticos, sin temor a defender e incluso estar dispuesto a dar la vida por esa causa. Será recordado como uno de esos guerreros más destacados en la accidentada historia de México y de América, Su vida se apagó en 1915 en Estados Unidos.
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