Max Von Sydow es uno de los actores míticos de la histórica cinematográfica del siglo XX. Acompáñanos a conocer brevemente su vida y trayectoria profesional.
Max Von Sydow, el jaque mate fatal
Cuando el gran Max Von Sydow partió finalmente de este mundo en 2020, el comentario más repetido en redes sociales fue que la Muerte finalmente había hecho Jaque mate. Se trata de una alusión a su película más legendaria, El séptimo sello, en la cual un caballero medieval juega ajedrez con la Muerte para alargar o perder su vida.
El hecho de que la muerte de un actor remita de inmediato a una imagen existencial tan hermosa y potente, habla del impacto generado por su trabajo fílmico, de la compenetración perfecta con sus personajes hasta disolverse entre ellos y de la grandeza del cine en general como articulador de luminosos recuerdos.
La presencia delicada, melancólica y solemne del joven Von Sydow probó ser idónea para este tipo de papeles, donde la angustia por el aparente silencio de Dios sobrepasa el frágil divertimento humano. Pero luego la vejez del sueco, incorporó un elemento venerable a la mezcla, haciéndolo adecuado para encarnar seres enigmáticos de insondable sabiduría o villanos de elegante malignidad.
Una generación, aquella crecida en los 70, lo recordará por su padre Merrin de El Exorcista de Friedkin o por el villano rocambolesco de Flash Gordon, el Emperador Ming. La generación Millennial, por su parte, reconocerá en su rostro arrugado al Lor San Tekka de Star Wars: The Force Awakens o al Cuervo de Tres Ojos del fenómeno televisivo Game of Thrones.
En cualquier caso, Max Von Sydow vive en nuestras mentes, exhibiendo una y otra vez los gestos cinematográficos más icónicos de dos siglos distintos. Aunque la partida de ajedrez haya terminado con nuestra inevitable derrota, bien se pueden volver a revisar las jugadas. Veamos brevemente su vida.
Un aristócrata de nombre circense
Max Von Sydow nació en 1929, en la ciudad sueca de Lund, aunque siendo bautizado con el nombre de Carl Adolf. El futuro actor no podría haber nacido en una familia de mayor nobleza: su madre conservaba el título de Baronesa y su ascendencia podía remontarse fácilmente hasta el siglo XVIII, con ancestros alemanes que llegaron a Suecia desde Pomerania.
Era de esperarse que el joven Carl asumiera un oficio propio de su clase, como el Derecho. Pero una representación del Sueño de una noche de verano tiró todo al traste. No sólo se enamoró del teatro, sino que fundó un grupo dramático con sus compañeros estudiantes, cambiándose el nombre a Max por el artista de un circo de pulgas que vio una vez. La conversión de aristócrata a artista errante estaba completa.
Pronto fue admitido en la Escuela Real de Arte Dramático sueca, donde tuvo la oportunidad de seguir la senda de Shakespeare con La Tempestad, pero también la de Goethe, Ibsen y Pirandello, recibiendo premios por su prometedor trabajo. Además, se encontraba en buena compañía junto a Ingrid Thulin, joven promesa como él y futura musa también del arte bergmaniano. Si te interesan las biografías de actores legendarios, te invitamos a leer este otro artículo sobre Robert de Niro. ¡Sigue el link!
El universo Bergman
Un hecho trascendental para su vida será el encuentro con Ingmar Bergman en el Teatro de Malmö, regentado en aquel momento por el director. La conexión entre ambos será instantánea y Von Sydow aparecerá en 11 películas de Bergman, siendo un vehículo ideal para las duras reflexiones sobre la fe, el quebradizo sentido moral sobre la propia existencia, los laberintos de la psique profunda y la soledad. El Séptimo Sello (1957) será la primera colaboración, en la cual Max interpreta a Antonius Block, un caballero cruzado de crisis existenciales en un país azotado por la Peste.
Le seguirán papeles secundarios o protagónicos en las obras maestras Fresas salvajes (1957), El Rostro (1958), En el umbral de la vida (1958) El manantial de la doncella (1959), Detrás de un vidrio oscuro (1961) y Luz de invierno (1963). La hora del lobo y Vergüenza (1968), junto a La pasión de Anna (1969), cerrando un ciclo de una década de colaboración continua con Bergman, sólo rota por su creciente aventura en Hollywood.
Hollywood
Dado que en seis años de entregas de Óscar la Academia había recibido cinco películas de Von Sydow para ser consideradas como películas extranjeras, no es extraño que empezara a ser solicitado por la Meca del cine. Si bien empezó negándose a cualquier trabajo internacional, rechazando papeles en películas de James Bond o The Sound of Music, finalmente aceptó un rol demasiado jugoso para desperdiciar: el de Jesucristo en La historia más grande jamás contada (1965), marcando su debut americano. Contra el consejo de su maestro Bergman, Von Sydow se dedicó por meses a compaginar su porte grave y delicado con la figura del célebre Mesías. Aunque no fue un éxito esplendoroso, pronto empezarían a llover roles en inglés.
Los papeles ofrecidos, sin embargo, eran una saturación de villanos, quizá por la intimidante altura, acento y voz del sueco. Nazis, oscuros coroneles rusos, sicarios, emperadores intergalácticos o, esta vez sí, villanos de Bond. Las excepciones a la regla fueron papeles religiosos, como el misionero fanático de Hawaii o el viejo padre Merrin en El Exorcista, este último el gran éxito comercial de su carrera y uno de sus papeles más entrañables. En este vídeo puede verse su escena más icónica.
Por ambos roles obtuvo nominaciones al Globo de Oro. En los 80, tras actuar junto a Woody Allen, Arnold Schwarzenegger y Rick Moranis, Von Sydow fue nominado al Óscar por la danesa Pelle el conquistador (1987), uno de los grandes papeles que forman su legado. La segunda nominación llegaría dos décadas después, con su papel mudo en el drama Extremely Loud & Incredibly Close (2011). Spielberg, Scorsese, Julian Schnabel, Ridley Scott y Thomas Vinterberg requirieron de su talento en la parte final de su carrera. Incluso The Simpsons y el videojuego Skyrim usaron su inigualable voz. Los comentados roles en Game of Thrones y Star Wars marcan el final de una carrera de insólita longitud y profundidad. Perdurable recuerdo para el Conquistador.
Hasta aquí nuestro artículo sobre Max Von Sydow. Hasta pronto.