María Parado de Bellido

Una de los más importantes próceres femeninos enmarcados en lo que fue el movimiento independentista del Perú fue María Andrea Parado de Bellido, mártir nacida el 5 de Julio de 1771 en Huamanga, actual Ayacucho, ubicado en la región centro-sur del país.

Infancia y anonimato

Nacida en periodo de virreinato, se desconoce mucho con respecto a su biografía como tal, ya que se mantiene una especie de anonimato de su vida, al igual que con casos como el prócer José Olaya. Anonimato también presente por cuestiones de invisibilidad de sus actos en su época, por ser mujer. Sus padres fueron el criollo Fernando Parado y Jacinta Jayo, esta última siendo una mujer indígena. Su madre fue quien estuvo más presente en su infancia, logrando que María adoptara también un estatus de idioma quechuahablante.

Con respecto a su lugar de nacimiento hay muchas incongruencias, siendo finalmente estipulado dos lugares: la ciudad de Huamanga, y la parroquia de Cangallo, en el actual distrito de Paras. Sin embargo, se manejan el mismo día de nacimiento: 5 de Julio.

Su infancia transcurrió relativamente tranquila, se adoptó el modelo de niñas en aquella época: no recibían estudios como tal, únicamente recibían instrucción para sus futuras tareas conyugales.

Casamiento e hijos

Bellido contrajo matrimonio a la corta edad de 15 años con Mariano Bellido, un negociante residenciado en Paras, con el que tuvo 7 hijos: dos hijos y 5 hijas, respectivamente. Su esposo junto con sus dos hijos varones lucharian a favor de la causa independentista patriota más adelante, a partir de 1820.

En el año 1822, el virrey de la Serna da la orden de reprimir el movimiento ayacuchano y detienen a Tomás Bellido, uno de los hijos de María.  Finalmente lo toman como prisionero en Cangallo, en donde fue fusilado.

La informante patriota

El fusilamiento de su hijo, más el esfuerzo que estaba tomando la familia Bellido a favor de la causa independentista, fomentó a María a colaborar también con el movimiento patriota, el cual se ingresa cuando se encuentra el mandato de Cayetano Quiroz.

Bellido empezó a trabajar como informante para la causa libertadora, desde la ciudad de Huamanga. Empezó a mandarle cartas a su marido acerca del movimiento y poderío bélico realista, cumpliendo su labor de espionaje. Sin embargo, ella no sabía leer ni escribir, por lo que necesitó ayuda de un amigo de confianza, Matías Madrid.

Una vez las cartas de información llegaban a Mariano, el esposo de María, este inmediatamente le comunicaba a Quirós, cosa que les ayudó muchísimo en sus siguientes movimientos a favor de la causa. Sin embargo, en una de las invasiones realistas, específicamente al pueblo de Quilcamachay el 29 de marzo de 1822, se descubre una de las cartas en una chamarra de un patriota caído. Esta comprometía de lleno a la familia Bellido.

Apresamiento y procesión a la muerte

Como una medida de despistaje, la carta estaba simplemente firmada con el segundo nombre de la prócer, sin embargo, los realistas se percataron rápidamente de la autoría de María. La misma fue arrestada rápidamente el 30 de marzo en Huamanga y fue llevada hacia el cuartel de los realistas, los cuales la torturaron para que dijese el nombre de sus aliados patriotas, además de que confesase que ella fue quien escribió la carta. La tortura fue realizada por el general Carratalá.

Finalmente, Bellido confiesa que ella escribió la carta, y es sentenciada a muerte por fusilamiento, ante la negativa de delatar a sus cómplices. El 11 de mayo de 1822, es llevada por procesión a la Pampa del Arco, pasando primero por la plaza Huamanguina, en donde le leyeron los actos cometidos en contra de los realistas según el general Carratalá, además de advertir a los ciudadanos acerca del destino de los que sean traidores ante su causa.

Al llegar a la Pampa, ya le esperaba el pelotón de fusilamiento. Los realistas le dicen que podrían perdonarle la vida si ella delata a sus secuaces, sin embargo, ella niega rotundamente. Sin mucho más que hacer, Bellido se arrodilla y coloca su mirada al cielo. Al momento de fallecer, esta prócer ya tenía más de 60 años.

¿Qué pasó con sus hijas?

Con la llegada de su muerte y el paradero desconocido de su esposo e hijo, las hijas de Bellido quedaron desamparadas, hasta que una iglesia les da asilo y finalmente el Libertador Simón Bolívar les regala una casa en Huamanga en el año 1826, además de una pensión de gracia.

Poco después fue declarada como mártir de la independencia del Perú, y el día 11 de mayo se celebra el día de la acción heroica de María Parado.

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