Los Hermanos Angulo, procedentes de la provincia de Apurímac ubicado en la zona limítrofe de Cuzco, fueron los encargados de impulsar una de las rebeliones en Perú más importante durante el proceso independentista del país suramericano.
Siendo cuatro en total, cada uno de ellos se dedicaba a labores distintas, pero tres de ellos, José, Vicente y Mariano, lograron dirigir la llamada Rebelión de Cuzco originada en 1814, el cuarto que llevaba por nombre Juan desempeñaba sus oficios a los actos religiosos como diácono, ofreciendo sus servicios en las iglesias de Belén y Santiago, además de ser clérigo en los distritos de Alca y Quiaca.
Unos grandes personajes
Por su parte, José y Vicente dedicaron sus labores a la agricultura y Mariano se formó como Administrador Público para luego dedicarse al comercio en su localidad de origen.
Las corrientes ideológicas de los hermanos Angulo estaban arraigadas a la defensa de los derechos civiles, oponiéndose firmemente a los maltratos recibidos por la colonia. El maltratos a las etnias indígenas era una de sus protestas permanente y juntos estaban dispuestos a contribuir para su abolición.
Para ello, Juan Angulo, ejecutó ejercicios militares y con él la realización de expediciones emprendidas hacia Arequipa, Puno, La Paz y Huamanga. En la primera, Juan designó a Mateo Pumacahua junto a Vicente Angulo quienes emprendieron su expedición a Arequipa.
El segundo viaje que tenía como destino La Paz estuvo comandado por el coronel Juan Manuel Pinelo, pasando por la localidad de Puno y en el tercer viaje, Manuel Hurtado de Mendoza, estuvo al mando quien se dirigió a Huamanga.
Aunque las expediciones tenían su propósito que era unir los poderíos de otros rebeldes que se encontraban en la misma lucha de los hermanos Angulo, para abolir el yugo español y liberar el Perú, las fuerzas realistas impidieron a toda costa que los patriotas cruzaran zonas fronterizas y se desplazaran por el territorio cusqueño, lo que llevó a que el Cabildo arremetiera contra todos aquellos que estuviese apoyando la revolución.
Acciones
La Rebelión de Cuzco no fue el único acto de insurrección impulsada por los hermanos, ellos también provocaron el triunvirato del gobierno de cusco, el cual estuvo liderado por José Angulo, designado Capitán General, acompañado de Mateo Pumacahua, quien para el momento se encontraba al frente de las fuerzas indígenas, seguidamente el coronel Don Domingo Luis Astete y por último Juan Tomás Moscoso quien ejercía el cargo de teniente coronel.
Los hermanos Angulo se vieron involucrados en grandes campañas militares como la originada en Puno y la otra ejecutada en Huamanga, ambas fueron orquestadas durante las expediciones lideradas por Juan. Vale destacar que las expediciones contaron con el apoyo del ejército del Alto Perú quienes el 20 de septiembre de 1814 invadieron la provincia de Huamanga y con ella todas las comunidades que las conformaban.
Al generarse el estallido cívico militar en el centro de Perú, específicamente en la localidad de Tarma, a los 10 día el virrey quien se encontraba en la capital ordenó fueran detenidos los conspiradores y con ello los líderes de la revuelta; el primero que encabezaba la lista era Vicente González, de origen argentino, quien para el momento ocupaba el cargo de teniente coronel y se encontraba en el combate defendiendo la causa que se debatía en las zonas de Jauja y Huancayo.
Arequipa también fue un epicentro para otra de las acciones militares comandadas por los hermanos, pero en esta oportunidad liderada por Vicente Angulo quien se encontraba encabezando la expedición junto a Pamacahua pero esta expedición no dejó buenos resultados para los rebeldes, debido a que en el cerro Apacheta los patriotas fueron emboscados por el ejército realista y recibieron una gran derrota el 9 de noviembre de 1814.
Las gestas históricas realizadas por los tres hermanos en diferentes localidades de Perú hicieron que los reales le siguieran los pasos de José, Vicente y Mariano quienes fueron interceptados en Zurite, localidad proveniente al departamento de Cuzco, el 29 de mayo de 1815 donde fueron sentenciados y castigados con la pena de muerte.
Por su parte, Juan, fue condenado a prisión y a cumplir con acciones religiosas al norte de Perú, en la localidad de Trujillo, por haber sido parte de los actos conspirativos de sus hermanos.