Francisco de Zurbarán nació el 7 de noviembre de 1598 en la ciudad de Fuente de Cantos, Badajoz, España. Sus padres: Luis de Zurbarán, un acaudalado comerciante e Isabel Márquez.
Inició sus estudios de arte en la escuela de Juan de Roelas, en la pequeña ciudad fuentecanteña; luego, en 1614, con 15 años, se moviliza a Sevilla para ingresar al taller de Don Pedro Díaz de Villanueva, en Sevilla, donde coincide con el pintor Alonso Cano.
Desposo a María Páez en 1617, permaneciendo en Llerna, Extremadura hasta 1628. Existen referencias documentales de sus obras, pero sin poder ubicar una con certeza. En 1625 Zurbarán se casa por segunda vez con Beatriz Morales.
En 1627 aparece su primera gran obra firmada y fechada: la Crucifixión del oratorio, ubicada en la sacristía del convento dominico de San Pablo el Real en Sevilla. Luego, entre 1628 y 1629 realizó serie de pinturas para el colegio franciscano de San Buenaventura.
Surge el artista
A estas alturas, Zurbarán ya establece su estilo artístico, en el cual se observa su fuerza realista, sistematización, grandiosidad, orden y monumentalidad; la oscuridad del fondo de sus obras acentúa el volumen de las figuras presentes.
Hacia 1629 fue invitado del Consejo Municipal de la ciudad de Sevilla, permaneciendo allí; era de tal magnitud su prestigio no tuvo que presentar el acostumbrado examen para desplegar su trabajo.
El periodo de mayor actividad de producción artística de Zurbarán fue entre 1630 y 1639, en el que realizó desde bodegones hasta obras de carácter religioso: Visión del beato Alonso Rodríguez, (1630); Apoteosis de Santo Tomás de Aquino, (1631); Santa Margarita.
Cambio de estilo
Convocado en 1634 para Madrid, Zurbarán trabaja en el ornato del salón de Reinos del Buen Retiro; al igual que Velázquez, se aleja del tenebrismo, aproximándose al clasicismo toscano, de influencia veneciana.
Esta línea estilística puede ser apreciada en las obras del retablo de la capilla de San Pedro de la catedral de Sevilla donde es posible evidenciar su crecimiento pictórico y apreciar su evolución artística.
De regreso en Sevilla, Zurbarán pintó en 1636, algunos lienzos para el convento de la Merced Descalza y para la iglesia de Nuestra Señora de la Granada, para la Cartuja y en 1639 pinto varias obras para el monasterio de San Jerónimo de Guadalupe.
En 1639 muere su segunda esposa; en 1644 se casa por tercera vez con Leonor de Tordera, hija de un joyero. En 1650 realiza la Anunciación para el conde de Peñaranda, donde muestra una suavidad en su estilo.
En Inmaculada Concepción niña (1656) se aprecia la influencia del italiano Guido Reni. Hacia 1658 se moviliza a Madrid, realizando una vasta obra; su estilo no logro adaptarse a la aparición del barroco.
Francisco de Zurbarán deja este mundo el 27 de agosto de 1664 en Madrid. Sus restos fueron sepultados en el convento de Copacabana; estos se perdieron debido a su demolición en el siglo XIX por la expropiación que produjo la desamortización de Mendizábal.
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