Los próceres que batallaron en su momento y época por la creación de un Perú independiente son muchos son tantos historias que se pueden contar que no nos alcanzaría las palabras para describir cada vida y acción como tampoco nos alcanzaría para agradecer el trabajo que realizaron Por un pueblo que hoy en día se encuentra cada vez más adaptados a una cultura ajena, dejando de lado las múltiples historias y momentos vividos por cada uno de los hombres de la historia del Perú.
Uno de estos hombres es uno de los más resaltantes es Francisco Antonio de Zela, quien nació en Lima el 24 de Julio de 1768, dentro de una familia de buena posición económica, donde se destaca su padre, Alberto de Zela, quien llegó a ejercer por decreto del virrey Abascal el puesto de balanzario, un oficio de suma importancia para la época, cuya función era fundir la plata que llegaba desde los centros mineros, logrando así un movimiento importante en la economía del gobierno español.
A los 18 años, se mudó a la provincia de Tacna para así aprender las formas, técnicas y maneras del noble oficio que realizaba su padre, ya que el mismo podía, luego, ser heredado por Francisco Antonio. Un movimiento bastante acertado, ya que en 1973, un año más tarde de la muerte de su padre, fue el primer candidato al puesto de balanzario, continuando así con el legado: a los 25 años, y por decreto real.
A partir de los años siguientes, Francisco Antonio de Zela comienza entonces a moverse entre contactos que no apoyaban a la realeza europea, y manifiesta sus deseos de independencia, siendo el año 1810 uno crucial antes de su batalla más importante, donde en compañía de Ramón Copaja se establece como los contactos principales de los patriotas argentinos, los primeros en realizar los movimientos independentistas a raíz del derrocamiento del virrey del Río de la Plata.
1811: La insurrección de Tacna
1811 fue un año clave para el pueblo peruano, donde apoyado por mestizos, criollos e indios, Francisco Antonio de Zela enciende la primera llama de la libertad de Tacna, al grito de guerra ‘A cargar y adelante’ motivado por los argentinos Antonio González Balcarce y Juan José Castelli, quienes con sus cartas invitaron a todos los pueblos del Perú a rebelarse, siendo el primero en responder Francisco Antonio de Zela, quien en ese momento ocupaba el cuartel de Caballería Regimiento Dragones del Rey, en la ciudad de Tacna.
Sin embargo, a pesar de los motivadores discursos y sangrientas batallas, cuando se vio emboscado por las fuerzas militares del rey en La Batalla de Huaqui, a orillas del lago Titicaca, Francisco se encontraba solo, sin refuerzos, y con sus hombres siendo masacrados por el ejército español. Sus aliados, los caciques de Tacna Toribio Ara, José Rojas Ara, y Ramón Copaja no estaban para brindar la ayuda necesaria, y el desconcierto dentro de las tropas fue el primer pilar en caer para esta rebelión.
Capturado y derrotado en esta batalla, Francisco Antonio de Zela fue entonces encarcelado y sentenciado a destierro, en la cárcel de Chacras, actualmente una provincia panameña, donde sus restos siguen ahí junto a los de su hijo menor, quien aunque no participó activamente en la batalla por la independencia del Perú, fue castigado por lo que fueron considerado los crímenes de su padre, aunque la pena haya sido atenuada gracias a la intervención del obispo Miguel de Zela.
El amanecer después de la fallida insurrección
Aunque ocurrieron 10 años después es importante recordar que lo vivido por Francisco Antonio de Zela marcó un precedente ya que el militar José de San Martín, a quien rendimos homenaje en la popular Plaza San Martín, hogar de las últimas protestas en contra de Manuel Merino, quien logra un mandato populista en el Perú, nuevamente.
José de San Martín es una figura militar clave en la independencia de Argentina, Chile y Perú, quien se ha visto históricamente relacionado con aquel primer grito de libertad dado por Francisco Antonio de Zela, y que aunque fue sofocado demasiado pronto sus acciones sirvieron de motor para las siguientes generaciones del bicentenario en la historia peruana actual.