Antón van Leeuwenhoek

Quien diría que un comerciante de telas cambiaría el mundo de la biología, eso fue lo que logró Leeuwenhoek, nacido el 24 de octubre de 1632 en la ciudad de Delft, Holanda, hijo de un matrimonio menonita de comerciantes.

Siendo muy pequeño la tragedia llegó a su hogar, pues en sus primeros cinco años de vida perdió dos de sus dos hermanas menores y también a su padre, luego al cumplir sus 8 años, su madre contrajo nupcias nuevamente y le envía a estudiar a un internado y finalmente vive unos años a cargo de un tío.

No pudo culminar sus estudios o tener una mayor preparación académica debido a que cuando tenía 16 años su padrastro y muere y su madre debe enviarlo a Amsterdam para que se inicia como aprendiz de negociante de telas.

En la práctica cómo comerciante debió usar una lupa para poder apreciar la calidad de los tejidos de las telas, este fue su primer contacto con el mundo de lo minúsculo, de allí desarrolló una curiosidad por seguir conociendo lo que no estaba a simple vista y comenzó a experimentar creando lentes que le permitieran ver cada vez cosas más pequeñas.

En aquel tiempo Robert Hooke había realizado las primeras observaciones microscópicas con un microscopio que él mismo había creado, pero la afición de Leeuwenhoek le llevó a desarrollar lentes de una mayor calidad sin distorsión de la imagen y de un mayor aumento para los que existían en la época, permitiéndole adentrarse en un nuevo universo de seres vivos.

El encuentro con este nuevo universo se dio en agosto de 1664 cuando recolectó agua de un lago para observar en su microscopio, allí observó en un principio vetas de color verde, donde se encontraban lo que él llamó pequeños animales o animálculos, descubriendo así un nuevo mundo para la ciencia y en especial para la biología.

Descubrimientos microscópicos

Se trataba de algas bacterias, protozoos y demás variedad de microorganismos nunca antes vistos por el hombre, colocó bajo el lente del microscopio diferentes tipos de muestra para ser estudiados como tejidos vegetales animales y minerales muestras de saliva y otras secreciones del cuerpo, dibujando y describiendo lo observado a detalle.

Ante este descubrimiento escribió una carta a la Royal Society en la cual explica detalladamente sus observaciones, a pesar de esto, su descubrimiento fue inicialmente tomado con escepticismo debido a su falta de preparación científica.

A pesar de que Marcello Malpighi fuese el primero en descubrir las redes capilares, fue Leeuwenhoek quien pudo observar y explicar la circulación de la sangre en ellos, por lo tanto, también fue el primer en observar los glóbulos rojos. Cuando la formación de los bebés era un misterio aun, Leeuwenhoek descubrió los espermatozoides.

Todos sus descubrimientos quedaron registrados en las cartas enviadas a la Royal Society, quien le hizo miembro en 1680 a pesar de no tener estudios académicos suficientes. Leeuwenhoek murió en Delft el 26 de agosto de 1723, sentando las bases de la microbiología.

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